lunes, 21 de septiembre de 2015

El día que los militares quisieron usurpar el hospital

“El lunes vamos y ocupamos el lugar. Que el hospital lo construyan en otro lado”, les dijo a dos de sus oficiales inmediatos el general Horacio Crespo, flamante comandante de la Brigada de Infantería de Montaña en Neuquén.
La sexta división del Ejército había sido creada en 1940 para hacer base en el territorio neuquino y las primeras autoridades ya habían sido designadas. Crespo tenía la responsabilidad de comandar aquella guarnición militar que cumpliría un rol estratégico para la soberanía del país.
El problema era que en la joven ciudad de Neuquén no había edificios ni infraestructura, y lo que recién se había terminado de construir -después de casi tres años- era el nuevo hospital de la ciudad, con el objetivo de que en ese lugar funcionara la Asistencia Pública.
La primera medida que se tomó para dar albergue a los militares fue que el comando funcionara temporalmente en una parte de la Gobernación -en ese momento encabezaba el coronel Enrique Pilotto-, pero, según lo que cuentan testigos de aquella época, la relación entre ambos militares no era buena. Por este motivo, es que después de un par de meses de incómoda convivencia, la plana mayor del Ejército fue reubicada en la parte alta del Cine Teatro Español. También en las inmediaciones se alquilaron algunas casas para los oficiales hasta que se construyera el edificio del Comando. ¿Pero cuánto tardaría?
“Seguro que va a demorar años; no podemos esperar tanto teniendo ese hospital vacío, sin gente ni aparatos”, reflexionó en aquel momento, enojado, el general.
En efecto, el edificio que se construyó estaba listo, pero el gobierno nacional no había dispuesto los fondos para comprar todo el equipamiento necesario. La medida también podría demorarse demasiado aun con las necesidades de mejorar el servicio de salud.
En 1926, había llegado a la ciudad el doctor Castro Rendón, contratado por las autoridades nacionales para cubrir una suplencia en la Asistencia Pública, pero el director que había pedido la licencia nunca regresó y el joven médico tuvo que hacerse cargo. El propio Castro Rendón había seguido de cerca el avance de las obras del nuevo hospital y ya se había enterado, a través de varios rumores, de que los militares codiciaban aquel nuevo edificio.
En ese entonces, la Asistencia Pública funcionaba en la calle Láinez, frente a una parte de la colonia ferroviaria (hoy patinódromo del Parque Central), en una precaria infraestructura que no alcanzaba para nada. Por ese motivo es que se había solicitado el nuevo hospital. Había necesidades concretas y urgentes que atender.
El 10 de abril de 1940, los rumores que indicaban que el Ejército ocuparía las instalaciones del nuevo edificio ya no se ocultaban y todo el pueblo sabía que la acción se tomaría en cualquier momento (probablemente el lunes 15), por lo que los responsables de la Asistencia Pública decidieron intervenir inmediatamente.
Según el testimonio de María Soldano y del enfermero Oscar Arabarco (recopilados en el libro Cosas de Neuquén, de Víctor Peláez), el discreto pero intenso operativo se llevó a cabo el domingo 14 de abril desde horas tempranas. Con la ayuda de los trabajadores ferroviarios, en la ambulancia Ford A que tenía el servicio de salud en ese entonces, comenzaron a trasladar primero las camas, los aparatos y los insumos. Luego, los enfermos que había en ese momento. Para ocupar más espacio en el nuevo edificio, algunos ferroviarios aceptaron hacerse pasar como pacientes, como para que el escenario fuera más convincente.
Al día siguiente, el general Crespo y su comitiva llegaron al nuevo hospital, ubicado en la calle Talero, pero cuando ingresaron se sorprendieron al ver que en el interior había gente internada, médicos y enfermeros trabajando normalmente. “Algo” había ocurrido ese fin de semana y ellos no lo sabían. El general miró a sus colaboradores, pegó media vuelta y se fue sin decir nada. El intento de ocupación había fracasado. El primer hospital del territorio neuquino estaba funcionando con normalidad.

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